LA DIFERENCIA QUE HACE LA DIFERENCIA
(Discurso Inaugural de SISTEMICA´99)

Dr. Bela A. Banathy
Presidente de la International Society for the Systems Sciences (ISSS)
Co-Presidente del Comité Sistémico de
SISTEMICA´99
Asilomar - EE.UU / Lima - Perú

 


 

Durante los últimos siglos hemos logrado una síntesis considerable entre la ciencia y la tecnología. Sin embargo hemos tenido poco éxito en establecer una relación gratificante e incluso funcionable entre la naturaleza, la humanidad, la ciencia, y tecnología. Y se está volviendo muy importante para nosotros preguntarnos sobre cuestiones fundamentales que nos conducirían a una comprensión adecuada de estas relaciones.

Lo especial de nuestra era es la escala masiva en que estamos aplicando la ciencia y tecnología en la construcción de nuestra realidad física, social, y cultural. Sin embargo, el método predominante para la construcción de estas realidades está fragmentado. Una característica que a de distinguir al próximo milenio deberá ser la práctica de un punto de vista más sistémico para la ciencia y la tecnología. Un punto de vista que permita la expresión total de la energía creativa del espíritu humano sobre la cual la era de la información pueda ser construída.

Un enfoque disciplinado para incentivar nuestra energía creativa necesita un nivel de comprensión que trascienda los límites entre las humanidades, las artes, las ciencias y las tecnologías. Efectivamente, se necesita un re-examen de la ciencia, de manera que abarque modos distintos de conocer y modos diferentes de ser. Los trasvases de los límites deberían estar muy bien establecidos en nuestra humanidad, en nuestras concepciones de estética, justicia, moralidad y ética.

La discusión antes mencionada evoca los sentimientos de los fundadores de la ISSS. Hace unos 44 años atrás un grupo de pensadores sistemistas se preguntaron: ¿Cómo puede unificarse la ciencia ? ¿Cómo puede la ciencia ser aplicada al mejoramiento de la condición humana ? Considerar estas preguntas, una a la vez y luego en sus relaciones mútuas, nos daría un indicativo de cuán reflexivas son ellas realmente, y en qué dirección debemos proseguir.

La unificación de la ciencia es tratada normalmente como un tema epistemológico, dejando los aspectos ontológicos (y tal vez los teleológicos) a un creador divino, simplemente ignorado o relegado del discurso científico. Esto es ciencia operando a modo de descubrimiento;. En el modo de descubrimiento, el interés es escudriñar los misterios del universo, confirmando que un descubrimiento, en efecto, ha sido hecho. Las preguntas centrales se relacionan con lo que se puede conocer acerca del mundo y cómo los grados de certeza de tal conocimiento pueden ser establecidos. En sus inicios, la ciencia organizada disfrutó el lujo de permanecer en la calma epistemológica, siendo esencialmente pasiva y receptiva a las verdades eternas y pre-establecidas. Un universo ordenado revelaba sus secretos al cuestionamiento racional de generaciones de científicos. Como consecuencia, esa unidad es inherente a la estructura subyacente del mundo, cuyos contornos podrían eventualmente converger mediante la aplicación consistente del método científico en todas las disciplinas.
 
 

El cambio, a partir del descubrimiento, hacia un modo subsecuente de ciencia viene a colación con la aplicación de la tecnología. Podemos pensar en la tecnología como un modo de proyección, de forma selectiva, en relación a lo que conocemos sobre el mundo, estando a la vez en ese mundo. Por supuesto, el conocimiento puede abarcar aspectos diversos de la realidad y las proyecciones tecnológicas subsecuentes pueden magnificar solamente las partes seleccionadas. Podemos encontrar ejemplos de todo el espectro de tales proyecciones, que abarcan desde aspectos espirituales amplificados mediante las tecnologías de culturas religiosas, a los aspectos más concretos y tangibles, exhibidos en los bienes durables de productos de consumo.

En ausencia de la tecnología, las consecuencias del fracaso de la ciencia a-modo-de descubrimiento fueron confinadas hacia el terreno de lo epistemológico, la realidad no fue realmente afectada. En tanto se lograba la síntesis tecnológica y científica, lo que conocíamos del mundo se llegó a proyectar en el mundo, y comenzamos así, a, literalmente, construir nuestra realidad. En este punto la ciencia comienza a operar en un modo de construcción. Las consecuencias del fracaso, en el modo de construcción, son más severas. De hecho, el fracaso, bajo el modo de construcción, tiene muchas facetas, y sus consecuencias podrían extenderse mucho más allá de lo que se conocía en la época de la construcción.

El tema para la Reunión Anual versión 1999, de la ISSS, se dirige precisamente a este punto. También nos hace recordar acerca de nuestra responsabilidad en el estado actual de las cosas. Las comunidades sistémicas y cibernéticas juegaron un papel significativo en la síntesis de la ciencia y la tecnología, lo cual condujo al nacimiento de la ciencia a-modo-de-construcción. Con certeza estamos obligados de promover su maduración.

Tal parece que la ciencia, a modo de construcción, se está acercando a su maduración, incluso en una lista superficial de lecturas elaboradas como ciencia ficción. Estamos siendo testigos de los rápidos avances en biología molecular y bio-tecnología (ingenieria genética, transplante cruzado de especies, clonamiento, etc.); frecuentes avances en las ciencias de los materiales y tecnologías de manufactura; logros exponenciales en la ciencia de la computación y las tecnologías de las comunicaciones y la computación (la duplicación del poder de la computación cada 18 meses, crecimiento fenomenal del ancho de banda en comunicaciones globales, etc.); solo para nombrar algunos. No es que simplemente nos mantengamos cruzando el límite entre lo improbable y lo probable, lo improbable se transforma en lo esperado. Estamos ganando mucha confianza en la ciencia a-modo-de construcción, de manera tal que no resulta raro ver referencias acerca de la evolución de un cerebro-global; el cual podría, basándose en algún gran y unificado meta - esquema, abarcar todos estos desarrollos y acelerar la paz!.

Para ubicar realmente las cosas en perspectiva, necesitamos recordar nosotros mismos, que éstos son los desarrollos ordinarios del día. No nos estamos refiriendo a mayores desarrollos conceptuales o cambios de paradigmas, que son los que sostienen estos esfuerzos. La ciencia y la tecnología han alcanzado un grado de síntesis suficiente para sostener este momentum, ellas parecen estar en su propia trayectoria evolucionaria.

¿Necesitamos cuestionar estos desarrollados ordinarios? Sí, pero de un modo extraordinario. West Churchman nos recuerda que en un día ordinario 35,000 niños mueren de hambre. Esto parece ser conocimiento común y nada se hace realmente acerca de ello.

¿Cómo puede ser esto posible?. Nos podemos preguntar igualmente cuestiones incómodas acerca de la educación, el cuidado de la salud, temas sociales en general, intereses ambientales, el destino de las generaciones futuras y así sucesivamente. Nuestra torpeza para manejar las preguntas extraordinarias sugiere que hay algo fundamentalmente equivocado en nuestra actual forma de trabajar.

La aventura científica esta operando bajo la ilusión de que una unificación epistimológica se asoma en el horizonte; y que esta unificación podría ser un garante del futuro. Si practicamos una ¨ciencia buena¨; entonces todo irá bien. Definitivamente este no es el caso. Nuestro conocimiento del mundo esta confinado hacia seleccionados aspectos de la realidad, y además es fragmentado. Además, está tentado a aceptar la ilusión de unidad y sugiere que las discrepancias entre lo qué es y lo que debería ser podrían ser resueltas si dejamos a la ciencia sola y volcamos nuestra atención hacia las preguntas relacionadas con la mejora de la condición humana. En este punto los científicos y tecnólogos pueden lavarse las manos acerca del tema y pasarlo a la gente responsable de los aspectos no-científicos de la realidad. Preguntas sobre estética, justicia, ética, moral y espiritualidad son puestas para el tratamiento de las humanidades, o tal vez de las ciencias sociales. Las dos culturas se confrontan una con otra, y de cuando en cuando se hacen propuestas para la colonización de una por la otra. La historia se repite de acuerdo a cómo cada pregunta es tratada en forma aislada, sin embargo nada se resuelve!!!.

Recordando una frase de Gregory Bateson, La diferencia que hace la diferencia es que los fundadores de la ISSS plantearon dos preguntas. Y no es el caso en el cual dos grupos de personas con diferentes intereses se encuentran para negociar sus diferencias; cada persona del grupo se sintió comprometida de evocar ambas preguntas. Como sistemistas, desearon tratar lo epistemológico, lo ontológico, lo teleológico como algo interrelacionado.

Las preguntas no son simplemente: ¿Cómo la ciencia puede ser unificada?, o ¿cómo puede la condición humana ser mejorada?. Las preguntas son: ¿Cómo puede el mejoramiento de la condición humana convertirse en la razón de la unificación de la ciencia? ó ¿Cómo puede la unificación de la ciencia convertirse en la razón para el mejoramiento de la condición humana? Estas son las preguntas a las cuales los científicos sistémicos en general, y la ISSS en particular, deben orientarse.

Las preguntas se tornan particularmente urgentes cuando consideramos la escala en la cual estamos modificando la herencia para las generaciones futuras.

Estas podrían ser preguntas sin sentido, sin significado, en el sentido de que solamente pueden ser consideradas en un nivel diferente de consciencia. Estas también claman por una nueva concepción de la ciencia y por una nueva concepción de lo que un sistema es; concepciones basadas en más que una mera epistemología, concepciones que también cubren la ontología y la teleología. La interrelación de las tres permitiría una ciencia que opere de un modo sistémico.

Considerar que en la Naturaleza, la evolución ha conducido a creaciones maravillosas: el universo físico, el ecosistema en este planeta, el cerebro humano, para nombrar los más obvios. Tan sólo pensemos en los temas epistemológicos y ontológicos inherentes en semejante proyecto de construcción!!!. La Naturaleza no delega la tarea a un grupo de agentes diseminados disparatadamente: Aquello responsable de qué, aquello para qué podría ser (y quizás para qué debería ser) puede conocerse, y aquello para qué debería ser capturado en forma estable de manera que pueda ser propagado a lo largo del espacio y tiempo. La Naturaleza se organiza así misma en términos de sistemas naturales que integran estos aspectos. La naturaleza detesta la fragmentación.

La ciencia, similarmente organizada, podría ser adecuadamente adaptada para orientar la evolución de la vida sobre este planeta. La nueva organización debería ser tal que abarque todos los aspectos de la realidad, desde lo espiritual hacia lo más concreto, lo físico. Esto es precisamente lo que promueve la ISSS para llevar a cabo!!!!. Lo cual difiere de otros grupos de profesionales en un número significativo de maneras: Nuestros Grupos de Integración Especial (GISs) expanden un total y disciplinado espectro de cuestionamientos; exhibimos considerable tolerancia para la ambigüedad y tolerancia para con el otro, y manejamos lo por publicar, considerando solo aquello que tiene la potencialidad de beneficiar el futuro; y finalmente, la diferencia que hace la mayor diferencia, es que consideramos a la filosofía, la teoría y la práctica como algo inseparables. En teoría la ISSS debería ser el prototipo ideal para lo que sería la aventura científica total, en la práctica nos tenemos que organizar, aún, de una manera verdaderamente sistémica, todavía no sabemos cómo, pero continuamos ampliando nuestros propios límites.

Para dar una ilustración parcial de lo que enfrentamos en este compromiso, consideremos dos temas centrales para esta era de la información. Se le atribuyó a Warren Weaver como la persona que dijo que la información era una medida de la libertad de elección de una persona. El significado de esta afirmación depende de cuáles son las elecciones. Si el catálogo de alternativas es el mismo ahora, como lo fue ayer, y lo será mañana, entonces estaremos anclados en un espacio-tiempo determinístico y la información se convertiría en una medida del tamaño de nuestra prisión, y ciencia a-modo-de-descubrimiento, sería todo lo que necesitamos. Si por otro lado, la libre elección es una referencia para la creación de nuevos estados de la situación, o más aún, un nuevo estado en el espacio, entonces información será la medida de nuestra habilidad para crear futuro, para realmente perfilar lo que éste será, en vez de meramente describir lo que éste es. A ello le denominamos ciencia -de-modo-sistémico.

Por supuesto que la creación del futuro no puede darse en el vacío. Kenneth Boulding nos recuerda que solamente comprendiendo lo que no es lo aleatorio en la historia, hace posible que el ser humano pueda moverse de la esclavitud de la evolución a la libertad de la teleología. Mientras aprendemos los procesos de la sociedad, solo podemos moldear el futuro hacia nuestros ideales presentes.

Si el moldeamiento del futuro hacia los ideales presentes de Boulding fuera interpretado como una referencia hacia algún gran esquema totalizador que cohercione el futuro al modelo presente del ideal, entonces estamos cambiando la esclavitud de la evolución por la esclavitud de la tecnocracia y la ciencia a-modo-de-construcción sería suficiente.

Si, por otro lado, el moldeamiento del futuro hacia nuestros ideales fuera interpretado como un acto para brindar la facultad de capturar lo mejor del presente para servir como base para construir el futuro, entonces atendríamos la libertad de crear nuevos estados, libertad para expandir el estado-espacio. En este punto la comunmente aceptada definición de información de Shannon - Weaver debería de ser dejada de lado. En consecuencia, información ya no sería más aquella homogénea entidad que usamos para comprar descripciones estandarizadas de fenómenos que ocurren en el mundo real. Información sería ahora una fuerza activa. Como es en el caso de la Naturaleza, la información tendría múltiples facetas, podría incluso estar constituída de aspectos fundamentales subyacentes, los cuales interactuarían para producir un permanente y estable debate histórico.

El debate es lo que uno observa después del acto creativo, esto es lo que ordinariamente denominaríamos información, tendría coordenadas en el nuevo estado - espacio creado, pero ésta no ha creado ese estado - espacio. Piensen en las implicancias de esto!. ¿Qué significa ello en la era de la información?.

Es obvio que, incluso en una era de computadoras, el cuestionamiento disciplinado sobre la ciencia, esté dirigido a los seres humanos. No está tan claro aún, que el cuestionamiento científico deba ser un cuestionamiento de tipo humanístico. Si los seres humanos, individualmente o colectivamente, carecen de habilidades específicas para realizar ciertas tareas informativas, entonces, estamos en la libertad, ahora, de intentar lanzar prótesis tecnológicas que llenen esos vacíos. Esto es precisamente lo que estamos haciendo con el almacenamiento masivo y la computación de alta velocidad, la comunicación de banda ancha, la disponibilidad de nuevas tecnologías, etc. Esta investigación y estos desarrollos son vitales. Sin embargo, debemos tener presente que la evolución biológica de la humanidad ha sido proseguida, ahora mas que antes, por la evolución socio-cultural. En su estado actual de desarrollo la evolución socio-cultural recién ha empezado a dar una muestra del poder creativo de la mente humana. Nuestra mente es el recurso inagotable sobre la puede ser construída la era de la información.

Una diferencia que hace la diferencia es la posibilidad concreta acerca de que la creación del futuro y la custodia del pasado son actividades diferentes que pueden ser delegadas/relegadas a diversos agentes. La creación del futuro está en las manos de los seis billones de habitantes que residen en este planeta. La custodia del pasado puede estar en manos de billones de máquinas, ellas podrían ser los grandes almacenes de lo que no es historia aleatoria. Ellas pueden hacernos que seamos capaces de recordar, yuxtaponer y visualizar de manera tal que podamos moldear el futuro hacia nuestros ideales. Pero la fuerza creativa es humana. La inversión explícita de la era de la información debe ser una inversión en la Humanidad. La síntesis de la ciencia y la tecnología ha asegurado ya una inversión implícita en la tecnología.

La inversión de la Humanidad en los modos iniciales de la ciencia no están perdidos. Cada modo sobre asume a sus predecesores. La transición hacia el modo-sistémico aguarda la resolución de que todos los temas estén relacionados con el funcionamiento sistémico. Los ejemplos citados previamente de manera breve esbozan la superficie del tema, y estando en las etapas formativas del desarrollo, esto es relativamente fácil de mencionar. La mayoría de los temas relacionados tienen una larga tradición y requerirán de un esfuerzo concertado para resolverlos.

¿Estamos listos para la tarea?. ¿Puede Ud. pensar en alguna otra organización profesional que se encuentre mejor equipada para enfrentar este desafío?. Cuando logremos la meta, - y debemos lograrla- , la ciencia en general y las ciencias de sistemas en particular, se convertirán en el camino disciplinado para crear el futuro.